Bien es sabido por todos que la música genera sobre nosotros un misterioso magnetismo por el cual, según nuestro estado de ánimo, nuestros gustos musicales pueden variar e instintivamente desearemos escuchar temas que inconscientemente los relacionamos con nuestro presente.
La música mansa a las fieras dice el refranero, y no anda lejos de la realidad, ya que se ha demostrado que música como la clásica, hacen efecto relajante sobre los niños ya desde el vientre materno.
También nos sirve para motivarnos en ciertos momentos que necesitamos un cierto empujón, además nos puede ayudar a olvidar problemas o no darle mayor importante y también nos ayuda a superar los males de amor con canciones que nos solemos identificar perfectamente.
Hay un efecto curioso en la gente que pone sus canciones preferidas como despertador en el móvil, se ponen pensando en que se empezará el día con una sonrisa y llena de energía ya que al usar nuestra canción preferida eso nos ayudará, pero no, lo que se consigue con el tiempo, que cuando la escuchas a lo largo del día, solo te hace recordar cuando te levantas por las mañanas y tarde o temprano terminaremos por cambiar de sintonía a una estándar para no aborrecer más canciones.
Por último recomendar que se escuche cualquier tipo de música aunque no sea de nuestra predilección al principio dado que nunca se sabe donde puedes encontrar una buena canción que conecte con nosotros y siempre es bueno conocer el extenso mundo de la música