En los tiempos actuales que corren, es muy fácil sentirse infeliz con uno mismo y con la sociedad que le rodea. La crisis mundial que nos lapida poco a poco, los desafíos nucleares del exterior, nuestro estresante día a día con el trabajo, la familia, el transporte… Todo eso, son factores que influyen considerablemente en nuestra felicidad, ya que es muy difícil sentirse feliz con todo lo que está sucediendo actualmente.
Pero debemos de saber abstraernos, parar a pensar durante un rato, lo que nos puede hacer aclarar nuestras ideas y saber ponerse objetivos lógicos que fácilmente sean superables y poco a poco volver a recuperar la confianza en nosotros mismos y en nuestro entorno.
El estrés y las preocupaciones son los factores clave para evitar que seamos felices pero hay que tener en cuenta que, a todos los problemas le podemos poner solución directa nosotros mismos y que a todos los que si podemos poner solución lo hagamos cuanto antes para poder seguir avanzando.
El mejor consejo que puedes tener es que si realmente es solucionable, hazlo, pero si no puedes hacer absolutamente nada, no tienes que torturarte más con ello, ya que solo hará que te provoque más estrés para nada.
Es importante clasificar los problemas y dejar de lado que nos superan totalmente, si podemos hacerlo, ya que solo debes permitir que te afecte lo que tu quieras que te afecte y no lo que el resto diga que debe afectarte.