El turismo rural se hace dada año más popular gracias a los buenos precios y a las excelentes instalaciones y propuestas que se ofrecen en todo nuestro país.
Pero existe una zona en la que el encanto rural se ha conservado con especial cuidado y donde la naturaleza es especialmente generosa, y esa zona no es otra que Extremadura.
En esta región confluyen una desbordante riqueza natural y un importante legado histórico y cultural, ambos aún por descubrir y sin masificar, por lo que la experiencia turística es innovadora, fresca y muy enriquecedora.
Con una infraestructura hotelera no demasiado desarrollada, el nacimiento del turismo rural en Extremadura coincidió con el despertar del interés por esta región, por lo que existen establecimientos verdaderamente espectaculares, tanto de nueva factura como casas o cortijos de labor restaurados especialmente para disfrutar del encanto rural.
Pasar una temporada en una Casa Rural en Extremadura es una experiencia sin duda inolvidable, llena de encantadores paseos en plena naturaleza, visitas monumentales de gran interés y rutas gastronómicas deliciosas y sanas.
Además, la gran extensión de esta región hace que las sensaciones varíen mucho de un punto a otro de su geografía, por ejemplo, no tiene mucho que ver el más bien llano y cálido sur de Extremadura, con el norte, más montañoso y de clima más fresco.
Pero lo que si se pretende cuidar mucho es que el turista se sienta cómodo y disfrute del relax que la naturaleza y el campo extremeño ofrecen a los cada día más numerosos visitantes que se acercan para pasar sus vacaciones.